¿Querés dar un salto de calidad? En este artículo te contamos qué elementos son clave en un setup de streaming eficiente, qué equipos conviene priorizar y qué software te va a ayudar a mejorar tanto la imagen como el sonido de tus transmisiones.
La cámara es tu carta de presentación. Si estás usando la webcam integrada de tu notebook, vas a notar una gran diferencia al cambiar a una webcam externa HD o una cámara DSLR/mirrorless conectada mediante capturadora.
Recomendadas:
Los espectadores pueden tolerar una imagen medianamente buena, pero si el audio es malo, abandonan el stream. Por eso, invertir en un buen micrófono es fundamental.
Opciones según presupuesto:
El equipo desde el que transmitís debe tener suficiente potencia para manejar el software de transmisión, el juego (si aplica) y tareas simultáneas.
Especificaciones recomendadas:
Si tu PC no tiene tanta potencia, podés transmitir desde una consola o usar servicios de streaming en la nube, aunque con ciertas limitaciones.
Existen múltiples herramientas para gestionar tus transmisiones, y muchas de ellas son gratuitas.
Las más populares:
Estas plataformas te permiten mezclar cámaras, compartir pantalla, insertar overlays, controlar fuentes de audio y más.
Hay elementos que no son esenciales, pero mejoran mucho la experiencia de transmisión:
Un gran setup no sirve de nada si tu conexión es débil. Para transmitir en calidad aceptable, necesitás al menos 5 Mbps de subida, aunque lo ideal es tener 10 Mbps o más.
Consejos útiles: